
Solo fumo cuando estoy triste o igual si hay una fiesta me echo un cigarro. Pensaba esconderme el tabaco para que Doña Paola no lo viese o alguna de sus hermanas, pero no ha hecho falta, porque fuman como carreteros las 3! Y se hablan! no sé si se hablan para no darme el disgusto o porque son muy razonables, el caso es que todo vuelve a ser como antes.
Ha sido una tarde extraña. Los proveedores se han mostrado de lo más amables, igual porque eran todos hombres y llevaba la falda muy corta. Incluso me han regalado un par de muestras de perfume y me han dado una invitación para una fiesta. Será una fiesta falsa o algo así o una de esas para pobres en las que los camareros te miran mal si pides una tercera copa, que suele ser de garrafón. Pero puse muy buena cara y sonreí mucho y ellos sonrieron mucho más. Normalmente son un poco antipáticos, igual debería traer pastitas o algo así, eso le gusta a al gente.
Y ahora hay 2 botellas de vermouth en la mesa. Me han mirado raro cuando he mezclado el blanco con limón. Yo las miro mucho más raro porque estas tres ancianas tienen un saque para el alcohol que ya quisieran muchos universitarios.
- Venga, Nuria, no sabías que nos echábamos coñac en el café de después de comer?
El mundo se ha vuelto loco.
Se nota que quieren animarme, que sienten el vacío que me hicieron o que quieren engordarme para Navidad, una de 2, el caso es que el bizcocho está buenísimo y eso que no me gusta el bizcocho. Después de hablar de generalidades, las 3 se pusieron serias de repente.
- No tienes porqué culparte por lo que pasó con ese chico.- dijo doña María.
- No se preocupen, la próxima vez intentaré ir más despacio y preguntar antes.
- En cierto modo, te impulsamos nosotras a que salieses con él, sois 2 chicos jóvenes y sois muy guapos y queríamos que salieses con alguien de tu edad en vez de estar todo el día trabajando, estudiando y cuidando de unas viejas.
- Pero si no cuido de ustedes!
- Si lo haces, todo el tiempo y tienes que tener tu vida y salir con otros chicos y hacer las paces con tus amigas... si son los suficientemente listas como para saber que eres una niña estupenda.
- Pero no lo saben- dijo doña Paola, ausente.
Sus 2 hermanas se volvieron hacia ella.
- Pues se sentirán muy tontas sino se disculpan con ella.- sentenció doña Aurora. - Y ahora, hay que acabarse el bizcocho, que sino, se pone duro.

Y qué desayuno yo mañana?
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