jueves, 16 de octubre de 2008
Dancing Queen
Me da vergüenza cuando hay mucha gente a mi alrededor, siempre pienso que, cuando hago alguna observación o digo alguna ocurrencia, me van a mirar y se van a reír... de lo tonta que soy. Me conformo con pasar desapercibida y ya está. Pero, cómo hacerlo cuando eres la anfitriona?
Y aquí estoy yo, con la casa abarrotada de gente, gente, que, milagrosamente se lo está pasando muy bien; como yo. No es por tirarme flores, pero creo que he preparado una fiesta supermolona: platos con pan tostado y diferentes cosas para untar: queso, paté; canapés con embutido, salmón, anchoas y surimi... la música parece gustarle a todo el mundo y la gente a la que he invitado está socializando y se les ve de lo más relajado.
Preparar entre 4 una fiesta es bastante fácil(doña María y doña Aurora siguen mirándome mal al pasar, aunque las paré para decir que había una fiesta en mi casa y que, si hacíamos mucho ruído, nos lo hicieran saber, que procuraríamos tener cuidado. Asintieron rápidamente y se fueron murmurando). Casi me da un ataque cuando Elisabetta trajo un par de manteles maravillosos, me dió un cachete cariñoso en la mejilla y me mandó a mi cuarto a arreglarme.
Hay un montón de chicas, justo lo que ellas querían y no paramos de cotorrear y reírnos por chorradas, muchas son Erasmus, como yo, pero también los hay oriundos del país. Cada uno hay ha traído algo de comer y beber (y afortunadamente no ha sido una botella de licor de flores de algún chino). Y, lo más sorprendete de todo: nadie a roto nada.
Paso de un grupo a otro hablando sin parar. Al principio, todo el mundo estaba cortado, pero, después de mis maravillosas presentaciones a lo Bridget Jones ("Hola! esta es Anna, es alemana, canta en un grupo y estudia historia, como yo")la gente perdió todos sus recelos.
Anna es una tía muy guay, al principio desconfié, por sus pintas de alternativa-pija, ya tuve una mala experiencia con eso en mi piso... pero en realidad es la tía más encantadora y educada del mundo. Mientras me sirve mi cuarto martini, pregunta a traición.
- ¿No va a venir el macizo?
- No, me apetecía pasar un rato con vosotros fuera de la facultad.
- Todas pensábamos que nos lo ibas a presentar, por eso hemos venido.- la muy guarra se descojonaba de mi cara.
Había sido un error decir que había conocido a alguien, y también que estaba MUY bueno, pero me sentí tan desconcertada después de nuestra primera cita que no pude contenerme y empecé a despotricar contra el mundo.
Y entonces... se acabó una canción y apareció él, con unos vaqueros y una camisa negra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario