viernes, 17 de octubre de 2008

Consuelo


Doña Paola me encontró en el sofá; aunque yo había limpiado todo, todavía llorando de rabia, ví cómo venía equipada para hacer una limpieza a fondo. El olor del limpiacristales acabó por despertarme.

- Buenos días cariño.- me miraba con ternura, pero estaba triste.

- Soy una tonta...- casi me echo a llorar otra vez.

- No, cariño, no tenías porqué saberlo.- se hizo un hueco en el sofá y puso mi cabeza en su regazo.

- Porqué no me dijeron nada?

- Me enteré ayer, y ya era tarde.

- Doña María y doña Aurora ya lo sabían.- eso explicaba muchas cosas. Pero no entendía porqué no me lo habían contado.

- No supieron a quien creer, Alex es como el nieto de todas, en cierto modo.

- Pero no me dieron un voto de confianza.- era absurdo enfadarse con ellas, desde luego, unas pobres ancianitas solas. El cabreo debía ser sólo para otra persona...

- Y lo sienten muchísimo, cariño.

- ¿Por eso están enfadadas con usted? - las piezas encajaban ahora más fácilmente.

- Eran otros tiempos, cariño; todas nos asustamos al temer perder lo que queremos y nos enfadamos si alguien a quien queremos hace daño a los demás.- su mirada estaba perdida, su mente ahora había retrocedido muchos años, antes de que yo naciera.

- Lo siento mucho por esa pobre chica.

- Porque eres una chica maravillosa.

- No, no lo soy, le hago daño a la gente.

- Quizá la novia de Alex también le engaña, te sorprendería la cantidad de relaciones que se sostienen así. Quizá no estén pasando por un buen momento y tú hayas sido el refugio de Alex. Quizá ella lo sepa y no le ponga remedio... Las relaciones son muy complicadas, pero una cosa es cierta. Alex no está siendo justo, ni con su novia, ni consigo mismo.

- No, doña Paola, soy lo más bajo que puede haber, no paro de hacerle daño a la gente.

- Por eso huíste de España?

- Sí.- quise arrancar y contarle todo lo que había pasado hace unos meses... pero no me dejó. Se deshizo de mí suavemente y cogió una escoba. Para cuando terminamos de limpiar y de preparar comida para toda la semana, me dolía hasta la raíz del pelo.

Doña Paola es de lo mejor que hay en el mundo, pero quizá ella tampoco se haya perdonado a sí misma, probablemente quiere que me perdone, que siga adelante. Los tiempos han cambiado, pero hay cosas que son tan universales... dicen que la moral cambia, pero para ciertas cosas seguimos con lo mismo de siempre

3 comentarios:

Siltha dijo...

¿Por qué termina a media frase? No no no!

Ais, me está molando, pero esto confirma mi teoría de que todos los Ale(...) son cabrones, idiotas o ambas. Y que tienden a estar buenos, por desgracia. xDDDD

la reina del hielo dijo...

Siempre me pasa igual cuando escribo, me salto palabras! gracias por haberte dado cuenta.

Siltha dijo...

De nada! A mí me pasa igual, o me salto palabras o repito frases porque me distraigo y luego no recuerdo haberlas escrito... XD Es un desastre.